1987
SOBRE MI
Mi trabajo se sitúa en la intersección entre la arqueología, la geografía y la pintura, entendidas como formas de leer y escribir el tiempo y el espacio a través de la materia. Pienso el tiempo como una acumulación de capas, huellas y desapariciones, y el espacio como territorio, composición y sustancia geológica. La pintura permite que estas dimensiones se encuentren, donde el color establece vínculos con lugares o momentos específicos, y lo natural abre paso a lo sobrenatural. Lo sobrenatural no se opone a lo natural, sino que es necesario para percibirlo: ambas fuerzas provocan efectos fisiológicos primales, comparables a los que generan ciertas combinaciones de color.
Trabajo con técnicas pictóricas lentas como el fresco y la cerámica, que permiten inscribir materia sobre materia y tiempo sobre tiempo, integrando pigmentos minerales que han tardado millones de años en formarse. Esta relación directa con el territorio ha derivado en una práctica de procesamiento de pigmentos ligada a contextos específicos, donde el color se entiende como evidencia geológica y cultural. Mi práctica también incluye arcilla, óleo y otros medios para explorar escalas, velocidades y permanencias. Elementos como formaciones rocosas, fuegos lejanos, huesos o vegetación seca —propios del paisaje costero peruano— operan como rastros y umbrales entre lo visible y lo invisible.
Trabajo desde Lima y el desierto peruano, donde desarrollo piezas que vinculan el color al lugar y al tiempo.